San Agustín y el Diablo por Michael Pacher |
En la cultura popular se entienda el término de abogado del diablo sea referido a alguien que se opone o cuestiona las buenas causas. Lo cierto es que este apelativo tiene sus origines en la santa sede.
Origen del termino
Se trata de un cargo instaurado por el papa Sixto V, en el año 1587. El puesto era dirigido por “El promotor de la fe” o “Promotor Fidei” en latín, el cual contaba con una oficina y personal propio dentro de la Congregación para las Causas de los Santos.
Las funciones de este abogado era discutir, juzgar y contradecir todas las acciones de todos aquellos o aquellas que aspiren a ser canonizadas. De esta manera, se cercioraban de que aquellos que ascendían a los altos estándares de la iglesia, haya tenido una muerte “preciosa a los ojos de Dios”
La primera aparición de este alto funcionario de la iglesia fue durante la canonización de San Lorenzo Justiniano.
Para el año 1983, este cargo seria eliminado por el papa Juan Pablo II, cuando fueron supervisando e implementado nuevos métodos de canonización que facilitaban el proceso de estos beatos.
Actualmente los procesos de canonización de igual modo deben ser supervisados a modo de juicio contra los voluntarios al beato, solo que se hace de una forma más afable de lo que era anteriormente. El “promotor de la justicia” como se le denomina ahora, ya no posee el poder de veto que sus antecesores tenían, sino más bien un tipo de asesor que de manera presencial participa en los procesos canónicos.